Jueves 19 de abril de 2007
Suele pasar que muchas veces te encanta la blusa nueva que compraste o la bolsa que te regalaron, sin embargo no sabes cuál es el cuidado correcto que le debes dar después de usarla para que no se maltrate.
¡Cuida tu ropa como se lo merece!
Antes de lavar, secar o planchar alguna de tus prendas, debes leer la etiqueta para conocer el material y fibras con las que está hecha tu ropa y darle así un mejor tratamiento. De esta forma conservarás siempre en buen estado tus prendas.
Prendas según su material
Para cuidar tus prendas es necesario conocer las indicaciones de lavado que la misma prenda sugiere, ya que no basta con dejarla en la lavadora; muchas veces requiere ciertos tips para obtener excelentes resultados. ¡Aquí te los damos!
· Prendas de algodón : Lávalas con agua fría y jabón suave, ya que tienden a encoger con la primer lavada. Para un mejor planchado, conviene hacerlo cuando todavía están un poco húmedas.
· Prendas de Lana : Disuelve un poco de jabón neutro o detergente suave en agua ligeramente tibia y oprime la prenda con las manos, no la talles. Enjuaga abundantemente y retira el exceso de agua envolviendo la prenda en una toalla, oprime y después extiéndela sobre una superficie plana, devolviéndole su forma original con las manos.
· Prendas de Lino : Lávalas con agua fría y un poco de jabón suave, sin tallar o restregar, ya que el lino es delicado y se estropea con facilidad.
· Prendas elásticas (calcetines y otros) : Los calcetines actuales se pueden lavar sin dificultad con agua y jabón, pero algunos de ellos resultan delicados y hasta podrían deformase o aflojarse si se tallan demasiado. Las medias se lavan a mano con jabón neutro y agua fría para evitar que se destiñan.
· Prendas de terciopelo : Generalmente el terciopelo no se introduce en agua, pero puedes hacerlo si las instrucciones de la etiqueta te lo permiten. Puedes cepillar la prenda con cuidado, sumergiendo el cepillo en una solución de agua con un poco de amoniaco. Para planchar no la apoyes en una superficie plana porque te quedará aplastado y brillante el tejido, es mejor que dos personas sostengan la prenda y plancharla con vapor o colocar encima una tela mojada y luego pasar la plancha.
· Prendas delicadas : Sumerge la prenda en agua tibia y detergente suave, oprimiendo suavemente, sin tallar. Deja remojar la prenda un rato y después enjuágala con agua templada, oprime para retirar el exceso de agua y seca al aire libre. Para planchar puedes extender la prenda entre dos telas blancas y plancharlas al revés.
· Sacos, abrigos y capas : Verifica bien las etiquetas, ya que por lo general estas prendas se lavan en seco. Los pelos de gato, perro o pelusas que suelen fijarse en estas prendas pueden retirarse con una esponja húmeda.
¡Con paso firme!
Los zapatos son un accesorio a los que debes poner especial atención, ya que se deterioran fácilmente si no cuidamos su uso y limpieza. En el caso de los zapatos de tacón, una buena idea es cubrir el tacón con barniz de uñas transparente para protegerlo.
Después de un día lluvioso, conviene quitarnos los zapatos, rellenarlos de periódico y dejarlos secar lejos del calor; en cuanto estén secos hay que limpiarlos y sacarles brillo.
Cuida tus bolsas y zapatos
Debes procurar cuidados especiales a tus zapatos y bolsas según el material con el que están hechos. A continuación te damos algunos tips que te serán de gran utilidad.
· Bolsas de charol : Frótalas con un trapo humedecido en leche o en aceite de linaza, sacando brillo con un trapo limpio.
· Bolsas de piel de cocodrilo o serpiente : Límpialas con un trapo seco y después frótalas con una franela mojada con aceite de ricino. Este tipo de bolsas no se debe conservar en lugares húmedos ni excesivamente cálidos.
· Zapatos de ante : Frótalos con una bolita de migajón de pan.
· Zapatos de cuero o piel : Se bolean con una grasa de calzado pero el secreto está en dejar secar unos minutos esa grasa para obtener más brillo al cepillarlos.
· Zapatos de charol : Pásales un trapo humedecido en agua fría y sécalos con un pedazo de tela de lino para sacar brillo. De vez en cuando aplica una capa delgada de aceite para evitar que el material se agriete.
¡El cuidado, reflejo de tu imagen!
Siempre debes conservar en perfecto estado todas las prendas y accesorios de tu familia, porque recuerda que son parte de la imagen que darán, y una mala impresión no se olvida fácilmente.
Antes de lavar, secar o planchar alguna de tus prendas, debes leer la etiqueta para conocer el material y fibras con las que está hecha tu ropa y darle así un mejor tratamiento. De esta forma conservarás siempre en buen estado tus prendas.
Prendas según su material
Para cuidar tus prendas es necesario conocer las indicaciones de lavado que la misma prenda sugiere, ya que no basta con dejarla en la lavadora; muchas veces requiere ciertos tips para obtener excelentes resultados. ¡Aquí te los damos!
· Prendas de algodón : Lávalas con agua fría y jabón suave, ya que tienden a encoger con la primer lavada. Para un mejor planchado, conviene hacerlo cuando todavía están un poco húmedas.
· Prendas de Lana : Disuelve un poco de jabón neutro o detergente suave en agua ligeramente tibia y oprime la prenda con las manos, no la talles. Enjuaga abundantemente y retira el exceso de agua envolviendo la prenda en una toalla, oprime y después extiéndela sobre una superficie plana, devolviéndole su forma original con las manos.
· Prendas de Lino : Lávalas con agua fría y un poco de jabón suave, sin tallar o restregar, ya que el lino es delicado y se estropea con facilidad.
· Prendas elásticas (calcetines y otros) : Los calcetines actuales se pueden lavar sin dificultad con agua y jabón, pero algunos de ellos resultan delicados y hasta podrían deformase o aflojarse si se tallan demasiado. Las medias se lavan a mano con jabón neutro y agua fría para evitar que se destiñan.
· Prendas de terciopelo : Generalmente el terciopelo no se introduce en agua, pero puedes hacerlo si las instrucciones de la etiqueta te lo permiten. Puedes cepillar la prenda con cuidado, sumergiendo el cepillo en una solución de agua con un poco de amoniaco. Para planchar no la apoyes en una superficie plana porque te quedará aplastado y brillante el tejido, es mejor que dos personas sostengan la prenda y plancharla con vapor o colocar encima una tela mojada y luego pasar la plancha.
· Prendas delicadas : Sumerge la prenda en agua tibia y detergente suave, oprimiendo suavemente, sin tallar. Deja remojar la prenda un rato y después enjuágala con agua templada, oprime para retirar el exceso de agua y seca al aire libre. Para planchar puedes extender la prenda entre dos telas blancas y plancharlas al revés.
· Sacos, abrigos y capas : Verifica bien las etiquetas, ya que por lo general estas prendas se lavan en seco. Los pelos de gato, perro o pelusas que suelen fijarse en estas prendas pueden retirarse con una esponja húmeda.
¡Con paso firme!
Los zapatos son un accesorio a los que debes poner especial atención, ya que se deterioran fácilmente si no cuidamos su uso y limpieza. En el caso de los zapatos de tacón, una buena idea es cubrir el tacón con barniz de uñas transparente para protegerlo.
Después de un día lluvioso, conviene quitarnos los zapatos, rellenarlos de periódico y dejarlos secar lejos del calor; en cuanto estén secos hay que limpiarlos y sacarles brillo.
Cuida tus bolsas y zapatos
Debes procurar cuidados especiales a tus zapatos y bolsas según el material con el que están hechos. A continuación te damos algunos tips que te serán de gran utilidad.
· Bolsas de charol : Frótalas con un trapo humedecido en leche o en aceite de linaza, sacando brillo con un trapo limpio.
· Bolsas de piel de cocodrilo o serpiente : Límpialas con un trapo seco y después frótalas con una franela mojada con aceite de ricino. Este tipo de bolsas no se debe conservar en lugares húmedos ni excesivamente cálidos.
· Zapatos de ante : Frótalos con una bolita de migajón de pan.
· Zapatos de cuero o piel : Se bolean con una grasa de calzado pero el secreto está en dejar secar unos minutos esa grasa para obtener más brillo al cepillarlos.
· Zapatos de charol : Pásales un trapo humedecido en agua fría y sécalos con un pedazo de tela de lino para sacar brillo. De vez en cuando aplica una capa delgada de aceite para evitar que el material se agriete.
¡El cuidado, reflejo de tu imagen!
Siempre debes conservar en perfecto estado todas las prendas y accesorios de tu familia, porque recuerda que son parte de la imagen que darán, y una mala impresión no se olvida fácilmente.
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