miércoles, 27 de junio de 2007

Baba de caracol: ¿milagro o engaño?

Miércoles 27 de Junio del 2007

Analizamos como nadie el “fenómeno” de la baba de caracol: ¿debes comprarlo… o mejor salir corriendo?

No se trata de sopa de caracol, o de algún otro platillo a base de este molusco.

Esta vez, es la baba de caracol la que viene a sorprendernos, y no precisamente a nuestros paladares, sino a nuestros ojos con las maravillas que dicen puede hacer sobre nuestra piel.


Pero, ¿puede realmente hacer maravillas sobre nuestra piel?

Si sólo pasas algunos minutos adelante del televisor, habrás visto los avisos comerciales de este producto, que promete acabar con con arrugas, espinillas, cicatrices, estrías y marcas típicas del envejecimiento.

Cremas, lociones humectantes y geles en base al extracto de este molusco pequeño y de lento andar han generado un rápido y gran negocio cosmético.

Nos han dicho que los caracoles tienen la capacidad de regenerar sus tejidos y que, gracias a su baba, ahora esta propiedad puede aplicarse a nosotras.

Sin embargo, ¿qué cosas estarías dispuesta a hacer para evitar que las arrugas pueblen tu rostro? ¿Dejarías que un caracol camine por tu cara?

Aparentemente, la baba que deja a su paso este molusco sería un material útil para prevenir el envejecimiento de la piel y combatir problemas como manchas, cicatrices y acné.

En cualquier caso, puedes quedarte tranquila: no es necesario que el caracol camine sobre tu cara.

Ahora, echaremos un vistazo al novedoso mundo de la baba de caracol, como nadie ha hecho antes.

“Cryptomphalus Aspersa”

Éste es el nombre de la especie de caracol que hoy se cultiva en criaderos no sólo con fines gastronómicos sino también dermatológicos.

Esto último, gracias a una serie de componentes químicos identificados en la baba y que son de uso habitual en cosmetología por sus propiedades cicatrizantes, antisépticas, lubricantes y regeneradoras de la piel.

Como ocurre casi siempre —sobre todo en el mundo de la ciencia—, el descubrimiento de las propiedades del caracol fue por casualidad.

En 1965, el doctor Abad Iglesias, oncólogo del hospital Gregorio Marañón de Madrid, sometió al “Cryptomphalus Aspersa” a las radiaciones de rayos X y gamma descubrió que no sólo retraía las antenas, sino que segregaba una sustancia especial completamente distinta a la que utilizaba para desplazarse.

Asimismo, descubrió que al mantener las radiaciones sobre el caracol se producían pequeñas lesiones en la piel que el bicho curaba con una increíble rapidez.

Un dato curioso: en la gastronomía, se asegura que quienes manipulan estos moluscos, normalmente, tienen las manos muy suaves y sus heridas cicatrizan pronto. Sigamos investigando.

Baba de caracol bajo la lupa

Hasta ahora, todo parece indicar que hay algo "mágico" en la baba del caracol. Antes de darnos un chapuzón en baba, vale hacer la siguiente aclaración: no todas las cremas de baba de caracol son iguales.

Según los expertos, para que los cosméticos a base de baba de caracol sean eficaces, deben ser elaborados con la secreción que el caracol genera ante determinados estímulos externos —como radiaciones o estrés mecánico— para reparar su piel y protegerse de las agresiones externas, y no con la baba que el caracol desprende en sus desplazamientos.

La secreción del caracol “cryptomphalus aspersa” obtenida en estado de estrés es extremadamente rica en proteínas y polisacáridos, responsables de su actividad regeneradora, y nada tiene que ver con la baba que el caracol segrega durante su desplazamiento, carente de actividad biológica y cuya única función es permitir su movilidad.

Ahora sí, veamos las principales sustancias activas de la baba de caracol:

Alantoína: estimulante de la epitelización de la piel por estímulo de la proliferación celular.

Ayuda a eliminar los tejidos necróticos, inviables, sustituyéndolos por tejidos nuevos.

Otra de sus acciones es actuar como anti-irritante, protegiendo la piel de la acción de sustancias ácidas o alcalinas, jabones o aceites.

Proteínas y vitaminas: contribuyen al buen estado trófico de la piel. Además, las vitaminas tienen propiedades antiinflamatorias, que en este caso potencian la acción de los antibióticos naturales contenidos en el mismo sustrato.

Antibióticos naturales: son sustancias capaces de actuar contra bacterias presentes habitualmente en la piel, en especial la Eschericia Coli, el Staphylococcus aureus, la Pseudomona Aeruginosa, protegiéndola de su infección resultante.

Colágeno y elastina: estos dos importantes componentes de la piel se encuentran también en la baba del caracol.

Ácido glicólico: una de las grandes novedades de la cosmética ha sido la introducción de los hidroxiácidos, que aplicados a la piel y según su concentración, pueden producir desde una ligera descamación hasta un peeling intenso.

Uno de los más utilizados en la actualidad es el ácido glicólico, que también está presente en la baba de caracol a una concentración capaz de producir una suave eliminación de las capas más superficiales de células muertas, y promoviendo su sustitución por células recientes, formadas bajo el estímulo de la alantoína.

El ácido glicólico, por la eliminación de capas superficiales de la piel, también mejora la situación de los folículos pilosos, favoreciendo el paso a su través de las sustancias aplicadas en la superficie.

Datos positivos

La riqueza de los componentes de la secreción del caracol nos hace atribuir cualidades casi mágicas a los productos realizados en base a la misma. Ahora, veamos si esto es así.

Antes que nada, la "mala" noticia: una búsqueda en Medline, la gigantesca base de datos de publicaciones médicas en la que puede encontrarse (casi) todo lo que se ha publicado -con validez científica- en el ámbito de la salud, arroja sobre este tema... 0 resultados.

Esto no quiere necesariamente decir que no haya estudios sobre el tema o que los mismos no sean válidos. Pero lo que sí indica es que aún faltan bastante camino -y estudios científicos- por recorrer antes de poder afirmar con certeza que la baba de caracol es realmente efectiva, y en ese caso cuáles son sus indicaciones y -eventualmente- contraindicaciones.

Los estudios disponibles -si bien pocos y más bien preliminares- sugieren que esta sustancia permite prevenir y eliminar arrugas; atenuar estrías, cicatrices de heridas o de enfermedades como la varicela y quemaduras de primer grado; quitar el acné, limpiar manchas producidas por el sol, combatir la celulitis, cicatrizar heridas y atenuar las telangiectasias.

Asimismo, hacen pensar que las cremas elaboradas a base de esta sustancia se pueden utilizar a diario. Los resultados se aprecian en el primer mes de tratamiento, aunque se recomienda un tratamiento no inferior a 90 días para lograr una notable mejoría del aspecto y estado de la piel.

La conclusión que puede aventurarse es que la secreción del caracol ejerce una doble función.

Por una parte, estimula la formación del colágeno, elastina y del componente dérmico que reparan los signos del fotoenvejecimiento y, por otra parte, minimiza el daño generado por los radicales libres, responsables del envejecimiento prematuro de la piel.

Las dudas

En primer lugar, si bien dermatólogos y farmacéuticos avalan la eficacia de la baba de caracol, también advierten que para que los cosméticos elaborados con estas secreciones posean las propiedades regeneradoras y antioxidantes con que se publicitan, éstas deben haber sido extraídas cuando el animal está estresado.

Segundo, debido a la gran proliferación en el mercado de ciertos productos, supuestamente a base de baba de caracol, que lo comparten con otros que sí están avalados científicamente, se está creando en el consumidor una gran confusión y, desde luego, un desconcierto entre los profesionales de la salud.

Los criterios de calidad exigibles a los productos de baba de caracol para que garanticen su propiedad regeneradora son:

· La fuente o tipo de caracol.
· El método de extracción y elaboración.
· Los componentes de la baba.
· El aval científico.
· La existencia de procesos que garanticen su seguridad y tolerancia.

La realidad señala que si bien los beneficios para la piel de las secreciones de este animal están sobradamente demostrados, la mayoría de los productos en el mercado no se obtienen con el rigor científico adecuado.

Tal es así, que ciertos "productos milagro" que prometen curar el acné, las cicatrices, estrías, arrugas y quemaduras, gracias a la baba de caracol no lo han demostrado en absoluto.

En cualquier caso, cabe volver a repetirlo, los mismos expertos, confirman las propiedades regeneradoras y antioxidantes de cierta secreción de este animal para atenuar las arrugas y recuperar la vitalidad de la piel.

Científicos y dermatólogos advierten estas propiedades deben haber sido demostradas científicamente en cada producto y, como esto no sucede en todos los productos que andan dando vueltas, no se puede confiar plenamente en la baba de caracol.

Los dermatólogos aseguran que parece interesante y que puede causar expectativas su desarrollo en el mundo cosmético, pero hasta ahora no se justifica la magnitud de su difusión, si bien hay un sustento racional acerca de que favorece la reepitelización.

Un debate aún sin ganadores...

Si bien todos los productos anunciados en los medios de comunicación deben cumplir el principio de veracidad para evitar confundir al consumidor y a los profesionales de la salud, sabemos que esto no siempre es así.

De hecho, la proliferación de campañas publicitarias de productos con baba de caracol sin ningún estudio científico que avale su eficacia, y con el objetivo de garantizar la seguridad del consumidor, ha favorecido la denuncia, regulación, e incluso la retirada del mercado de algunas marcas.

Antes de adquirir un producto con secreción de caracol, el primer paso será siempre consultar con el dermatólogo o con el farmacéutico, ya que ellos son los profesionales que pueden asesorarnos sobre el aval científico que respalda un producto concreto.

Además, en el mismo producto podemos ver quién lo fabrica y acceder a teléfonos y direcciones de contacto. En ese sentido, ten en cuenta que muchos productos de este tipo dan direcciones inexistentes.

Recuerda que en todo producto cosmético debe figurar el número de legajo elaborador o la razón social en el rótulo.

En el momento de comprar hay que fijarse que el producto tenga un número de registro asignado por la administración nacional de medicamentos.

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